martes, 29 de septiembre de 2009

DIA 7.- VISITA A LOS MONASTERIOS

A las siete de la mañana ya estábamos levantados, había que desayunar temprano para comenzar nuestro recorrido por los monasterios, así que nos aseamos y tomamos un delicioso desayuno en el jardín del hotel acompañados por numerosas avispas a las que había que poner un poco de miel y mantequilla para que nos dejaran desayunar tranquilos. Esta es una zona donde hay muchas de estas "criaturitas".


Habíamos pensado visitar hoy cuatro de los seis monasterios que continúan habitados en la actualidad. Como el Gran Meteora se encontraba cerrado, decidimos dejar éste y el de Vaarlan para otro día y dedicarnos a los otros cuatro.


Comenzamos por el que creíamos que tenía más difícil acceso, con el objetivo de visitarlo lo más temprano posible y evitarnos el tener que hacerlo en las horas de más calor, así que a las 8.45 estábamos a las puertas del monasterio de Agia Triada (Santísima Trinidad).












Este monasterio está situado en lo alto de una de las rocas y hay que darse una buena caminata para llegar hasta él. Aquí visitamos el Catholicón, que es la iglesia central del mismo y alguna otra dependencia, además de disfrutar de las increíbles vistas que desde aquí se tienen.








Continuamos un poco más arriba para ver el monasterio de Agios Stefanos ( San Esteban). Éste se encuentra habitado por monjas y es el tercero más grande. Es el que mejor acceso tiene, ya que apenas hay que subir escaleras, pues la carretera llega hasta casi la entrada. Su Iglesia central, el museo la pequeña iglesia aneja, todo el conjunto es de una gran belleza.




Ya de bajada paramos en el de Roussanou que es uno de los más impactante visto de lejos. Aquí coincidimos con una excursión de rumanos que estaban siendo atendidos por uno de los monjes. Aquí tomamos unos pastelitos que tienen preparados para los visitantes. Este monasterio tiene bastante poco que visitar, ya que además del Catholicón, no se permite la visita a otras dependencias.




Por último fuimos al de Agios Nikolaos ( San Nicolás). Tengo que decir que fue el que más me impresionó, ya que la situación, surgiendo de la roca, es maravillosa. Además el fresco de Adán dando nombre a los animales es único en el arte bizantino. La única pega es que la subida fue mortal. Las escaleras que desde la carretera suben hasta la entrada del mismo, parecen que no tienen fin; menos mal que arriba corren varias fuentes con agua bien fresquita que te hacen recuperarte un poco.





















Después de este recorrido volvimos al hotel, que estaba a 5 minutos de este último monasterio, para volver a ducharnos y cambiarnos de ropa ya que estábamos totalmente sudados de tanto subir y bajar escaleras. El chico del hotel nos recomendó que fuéramos a visitar Trikala, una ciudad a 30 km. de allí, y así lo hicimos.


Llegamos allí y de camino al centro pasamos por los restos del templo de Asclepio, Dios de la Medicina, dimos un paseo por el centro de la ciudad que estaba a rebosar de gente y bastante animada. Entramos en una librería y compré un cuento en griego para ir practicando un poco la lectura y nos fuimos a una taberna par comer






Después callejeamos por la ciudad vieja y subimos a la fortaleza bizantina donde nos tomamos un delicioso frapé en el bar que hay en la ciudadela.



Volvimos a por el coche y continuamos un poco en dirección a Larissa para ver las ruinas de la antigua ciudad de Pelinaion. Continúan las excavaciones, así que pudimos ver bien poco, algunos restos de murallas y poco más, así que nos volvimos para Kastraki donde descansamos un poco y dimos un paseo por el pueblo. Cenamos y nos tomamos unos ouzos en el jardín.




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