domingo, 27 de septiembre de 2009

DIA 5.- RENDINA, KAVALA, LOUTRA ELEFTHERON



Sin tener muy claro que hacer hoy, después de desayunar en nuestro apartamento, nos fuimos hacia Aréthusa, lugar donde tuvo lugar un curioso incidente con Eurípides. Seguimos las indicaciones de los carteles, pero fue imposible encontrarla, así que bastante cabreados decidimos probar suerte con la visita a la antigua Rendina. A lo lejos se veía las murallas de la acrópolis, así que supusimos que no sería difícil llegar. Nada más lejos de la realidad. Menos mal que teníamos la determinación de verla, si no hubiera pasado igual que con Aréthusa.



Una vez, encontrado el camino que lleva allí, dejamos el coche y continuamos andando hasta llegar arriba de la colina. Al llegar nos encontramos con una nueva desilusión, el recinto esta cerrado, no se podía visitar. No había ningún cartel de horario de visitas, parecía como si estuvieran abandonados los trabajos de reconstrucción y adecuación del recinto. Hartos de tantos desencantos, decidimos saltar la valla y visitar el recinto, era cuestión de amor propio, así que saltamos y estuvimos recorriendo el yacimiento. Aquí pudimos ver restos del castillo, la acrópolis, varias casas y una iglesia postbizantina, así como la antigua Via Egnatia.





Acabada la visita, decidimos volver a Kavala, ya que nos había gustado bastante el primer día. Marchamos hacia allá pasando antes de nuevo por Amfipoli e intentamos ver la ciudad antigua. Sólo pudimos un trozo de las murallas, puesto que el recinto arqueológico no admitía visitas.








Antes de llegar a Kavala, paramos en una playa que se encontraba casi desierta para darnos un baño. Estuvimos una hora aproximadamente y media hora más tarde estábamos en Kavala paseando por el puerto y la ciudad vieja. Aquí cominos en la taberna " O Kanadós" rica y abundantemente.




Camino de vuelta hicimos una nueva parada en Nea Peramos para ver la fortaleza bizantina, cuyas murallas llegan hasta la orilla de una preciosa playa. A unos 10 kilómetros de aquí vimos un cartel que anunciaban unos baños "Loutrá Eleftherón" y decidimos entrar a ver que había.







Fue una experiencia maravillosa. Es un paraje precioso atravesado por un río en donde transcurren varios manantiales de aguas sulfurosas que manan a 42 grados. Hay una zona donde poder darse un baño en estas aguas gratis, además del balneario donde tienen 40 bañeras y una gran piscina. En la taberna situada frente al balneario disfrutamos de un autentico ambiente griego. Allí habían sentados a la mesa varias familias que se divertían bailando rebético al son de los músicos que amenizaban la sobremesa.



Continuamos el camino hacia el apartamento, donde tras ducharnos nos fuimos nuevamente a Vrasná. Allí cenamos y tomamos unos ouzos en el bar y nos despedimos de este acogedor pueblo hasta otra ocasión


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